jueves, 7 de julio de 2016

DÍA DE LA REVOLUCIÓN DE TRUJILLO

Hace 84 años en una noche oscura, siendo las 2 a.m. se escucha la campanada de la Catedral de Trujillo; es ahí donde comenzó la lucha por la libertad y la democracia. Esos héroes de guerra no contaban con armas, pero llevaban algo más fuerte que la bala y era la Fe Aprista.
En esa madrugada Apristas, obreros, campesinos y estudiantes lucharon por la justicia social para demostrar al gobierno de facto; que las desigualdades sociales, la vulneración de los derechos laborales y la afectación de la propia libertad. ¡No iba hacer silenciado!
Primero se tomó el cuartel “Ricardo O’Donovan” ubicado en la entrada de la ciudad; en ese enfrentamiento hubo bajas como la del c. Manuel Barreto, que fue fusilado por un centinela en el interior del cuartel y a pesar de lo sucedido los campesinos que lo siguieron, cargaron su cuerpo sin vida del c. Barreto por la cuadra de la infantería hasta que uno a uno caía con la misma suerte del c. Búfalo Barreto. Después de lo sucedido el c. Alfredo Tello Salavarria, se encargó de dirigir la revolución.
En esa madrugada larga y difícil, donde se intercambiaba disparos entre civiles y oficiales; se llegó a consolidar la efectiva toma del cuartel “Ricardo O’Donovan” al amanecer del 7 de julio 1932. Poco tiempo después se tomó el Cuartel de Seguridad y el local de la Prefectura, cuya jefatura fue asumida por Agustín Haya de la Torre.
Esta valerosa acción que comenzó por los valerosos Apristas y las clases oprimidas; fue el motor de arranque para el levantamiento que se extendió a Salaverry, Samne, diversos lugares del valle de Chicama, Otuzco, Santiago de Chuco y Huamachuco. También alcanzó hasta Cajabamba en Cajamarca y repercutió en Huaraz.

En este recordar de la historia hubieron muchos que perdieron la vida; ya sea por cumplimiento de sus deberes, por defender sus derechos o porque ya estaba escrito su partida. Pero como APRISTA enfatizo por los numerosos combatientes que fueron fusilados en Chan Chan; que sin haber tenido un debido proceso o a pesar de rendirse, se les arrebató las vidas. Unos cinco mil (5000) luchadores sociales, que después de cavar su propia tumba y antes de ser fusilados; orgullosos con el brazo izquierdo alzado a viva voz dijeron: ¡VIVA EL APRA!

c.Jesús Josué Ramos Falcón

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